Aprendieron a observar para descubrir.
Se divirtieron con los micos.
Y a mitad de camino el delicioso refrigerio que no les puede faltar.
Se hicieron amigos del oso.
Preguntaron y cometaron sobre lo que veían de especial en los animales.
El último paseo del año.
Y el viaje de regreso en el bus, fue la oportunidad para volver a ver los animales pero en sueños.
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